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Axel Catalán, una estrella desenfadada que llega al Lunario

  • Foto del escritor: Paulina Nares/cuentahistorias
    Paulina Nares/cuentahistorias
  • 21 ene 2023
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 31 may 2023

El artista originario de Morelia, Michoacán, llevará por primera vez su folclor urbano a este espacio del Auditorio Nacional.

Axel Catalán en el Foro Indie Rocks en 2021. Foto: Bernageek.

Escuchar a Axel Catalán es una oda a la nostalgia. Siente mucho y su cómplice es el alcohol, ése por el que perdió la brújula en un episodio de depresión y ansiedad, nube que se disipa cuando está frente al público. Su guitarra, letras y acordes son testigos.


“Siempre crecí en lugares medio austeros con cierta vibra de nostalgia. No tuve lujos. En situaciones desagradables me teletransportaba a otras circunstancias”, relata Catalán. La música lo acompaña desde entonces. “Definiría mi infancia como un viaje de imaginación nostálgica”, comparte.
Sus canciones son un reflejo, no en vano tienen títulos como “Tristeza”, “Mestizo” y “Ricos”.

El artista originario de Morelia, Michoacán, ha tocado en lugares que define como bizarros: en una iglesia cristiana, en un baldío y en el cumpleaños de un judío. También ha estado en escenarios como el Vive Latino, el Foro Indie Rocks y este 21 de enero se presentará por primera vez en el Lunario del Auditorio Nacional. Su telonero será el multifacético Cuauhtli García Bacilio.


Catalán llega confiado y bien acompañado de sus músicos, pero con todo lo que significa una primera vez. "Es un miedo a vencer porque es un foro más grande e implica un reto. Me preparo ensayando, tomando cerveza, tratando de relajarme, intentándolo, porque es algo de estrés”. Sobre si tiene algún ritual antes de subir al escenario: “echar unos tragos, cotorrear y no sobrepensar las cosas”.


Y aunque llega desenfadado a este recinto donde han tocado artistas como Armando Manzanero, Cecilia Toussaint, C.Tangana y Alejandro Marcovich; Catalán, quien nunca estudió en forma, cree firmemente que un músico no nace, se hace.


“Ciertas personas tienen un don y una influencia del entorno en el que crecen, pero el talento sin disciplina no sirve de nada. El músico que logra lo excepcional se hace completamente”, añade el también compositor con más de 10 años de trayectoria.


Axel, quien se considera agnóstico, escribió su primera canción a los 10 años con referencia cristiana, religión que profesan sus padres. Después llegó “Canto”, una canción de amor, por ahí de los 20 años.

Si de algo es devoto, es de la música, a la que define como un ente universal, por eso no se casa ningún género. “La hago principalmente por necesidad y una fuga de pensamientos, de sentimientos. Es la base de mi vida”, afirma. "Se sobrevive de la música".


A la música también le llama caprichosa, pues no podría definir si en el proceso de composición llega primero la melodía o la letra. "Ha pasado en las dos circunstancias, realmente no tengo un orden. A veces mi creatividad está bloqueada y otras, se me ocurre un verso o un sentir o un acorde”, algo que debe hacerle sentido también a Isidro Barrueta, su alterego.


Lleva en la sangre la herencia del folclor mexicano y la bohemia, pues su madre era bailarina de esta disciplina y su padre de ideas comunistas.


No es casualidad que vaya a contracorriente, creció con el rock, el regional, el huapango y la soledad. "Caifanes fue la primera banda con la que tuve un acercamiento. Cuando tenía 7 años pedí un casete de regalo, era <<El nervio del volcán >>. Lo escuché una y otra vez”, cuenta Catalán denotando esa influencia en su primer LP, "Zopilotes".

Axel es austero, como el título de otra de sus canciones. Su lugar favorito del mundo para estar es en su cuarto con su perrita "Chewbaccina". Reconoce que la Ciudad de México es un monstruo y atesora el campo a las afueras de Morelia donde corría entre serpientes y ranas cuando era niño.


Si la música de Axel Catalán fuera animal sería una ballena, apacible, fuerte, emergiendo de la profundidad, misma que ha sido inspiración para cuentos como Pinocho y Moby Dick, aunque él prefiere El principito y a Edgar Allan Poe. “Me gustan las ballenas, me identifico con eso. Me da paz hacer música", aseveración que empata con su canción "Paz mental", de Vespa 97, que escribió aislado entre cerros y naturaleza en tiempos de pandemia.

Después de tocar en una iglesia con un amplificador que solo escuchaba él mismo, este mestizo compartirá su nostalgia ante unas mil personas, incluido su hermano menor, en uno de los recintos con mejor acústica del país. "El mestizo danzará levantando el polvo caliente, la tierra que siente a mi gente", dice una de las canciones del artista mexicano.


Para conocer más Axel puedes seguirlo en IG: @taxel_


->Aquí el video de Zopilotes, del álbum homónimo:



 
 
 

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