Los 'zombis' de la vida moderna
- Paulina Nares/cuentahistorias
- 26 feb 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 10 sept 2022

Vivir con insomnio es como vivir como 'zombi' porque mientras todo sigue su ritmo normal tú estás como en otro canal, con sueño. Esta es la anécdota de una persona que lucha contra este trastorno día a día.
Eduardo Bautista tiene 28 años, se dedica al periodismo y al marketing digital, y, desde 2016, comenzó, sin saberlo, una lucha contra el insomnio, que lo ha llevado a intentar diversas formas de conciliar el sueño que van desde fumar mariguana o tomar dos whiskies hasta automedicarse con rivotril.
"Se te llegan a caer las cosas de las manos, no te puedes concentrar y estás irritable e influye en el hambre. Por ejemplo, hay días que no te da y hay otros que te da mucha", relata Bautista. "Y en las las noches viene algo peor porque físicamente el cuerpo pide descanso, pero mentalmente no puedes... es luchar contra el cerebro".
Su vivencia bien podría ser la de casi un 30 por ciento de la población, ya que este síndrome afecta a 40 millones de personas en el país, estimó la Sociedad Mexicana del Sueño en 2019.
Sin embargo, éste no es el único trastorno: el de sueño insuficiente, el de apnea hipopnea (ronquidos) y el insomnio, son los más frecuentes en México, de acuerdo con la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
"La población en general, y particularmente los estudiantes, tienen un síndrome de sueño reducido. Por las actividades que queremos cubrir diariamente no nos da tiempo, entonces le robamos tiempo al sueño", explica Fructuoso Ayala Guerrero, investigador titular de la Facultad de Psicología de la UNAM y experto en el estudio del sueño.
Fructuoso detalla que los principales factores que propician el insomnio son orgánicos (problemas en el cerebro), hábitos, problemas personales y drogas legales e ilegales. De hecho, Ayala asegura que la mariguana tiene efectos hipnóticos, por lo que favorece el sueño, peeero que su uso en exceso trae consecuencias.
Bautista cuenta que al principio pensó que se trataba de un problema pasajero porque era intermitente. Comenzó a hacerlo porque se quedaba despierto hasta tarde para terminar o adelantar su trabajo, debido a la gran carga en cuanto a horario y responsabilidades.
Sin embargo, en algún momento de su vida empeoró. Específicamente cuando, años más tarde, estuvo desempleado. "Lo máximo que he llegado a no dormir son dos días continuos", afirma con resignación.
También externa que sufre de ataques de ansiedad y que el insomnio le ha traído algunos capítulos incómodos como quedarse dormido en el trabajo.
"Cuando comienzas a conciliar el sueño te levantas sin razón aparente y cuando ves solo tienes media hora para dormir porque ya tienes que levantarte para el trabajo", detalla.
Este episodio coincide con el especialista, quien señaló que el insomnio no es una enfermedad sino que se hace voluntariamente cuando uno se priva de sueño y duerme menos de lo que necesita, generando el síndrome de sueño reducido.
"El insomnio es dormir menos de lo necesario y depende de factores como la actividad o la edad del individuo; además presenta síntomas al otro día como cansancio físico y mental, problemas de aprendizaje, memoria y estado de ánimo, sobre todo si se hace crónico".
Ayala Fructuoso, investigador de la UNAM.
Y entonces ¿cómo funciona el sueño y cuánto hay que dormir?
El investigador de la UNAM expone que cuando se habla de sueño debe tomarse en cuenta la calidad y la cantidad, y es necesario que se cumpla el ciclo de sueño, que dura en promedio 90 minutos, y se repite en el transcurso de la noche.
Dicho ciclo está constituido por las etapas de sueño lento (ondas lentas de gran amplitud), que a su vez se divide en tres etapas, más la etapa de sueño MOR (Movimientos Oculares Rápidos).
La etapa MOR dura en promedio 15 minutos y aquí es donde se mueven los ojos y se presentan los sueños. "Cada noche presentamos entre tres y seis ciclos de sueño", detalla el experto.
¿A qué se deben los desórdenes del sueño?
Ayala señala que dentro del cerebro tenemos un reloj biológico que hace que durmamos por la noche y estemos despiertos en el día, pero que este reloj puede alterarse por los hábitos, en especial por la vida ajetreada, y de ahí vienen los trastornos.
"Cuando empieza a obscurecer dentro del cerebro tenemos a la glándula pineal que libera una hormona llamada melatonina. Esa es la señal que le dice al cerebro que empiece a dormir, pero como estamos frente a dispositivos electrónicos, la pantalla emite una luz que entra por la vía visual e inhibe la liberación de la hormona, por ello no se puede dormir", sostiene el experto.
Además, Ayala indica que las personas que invierten sus ciclos de sueños pueden catalogarse en dos: las 'alondras' y los búhos.
Las primeras son las que se duermen más temprano que la hora social para dormir (22: 00 horas), pero despiertan en la madrugada, por lo que sus problemas son de tipos social y no de salud, ya que cubren sus horas de sueño.
Los segundos duermen en la madrugada y se levantan tarde, pero ellos sí tienen problemas de tipo social porque tienen que cumplir compromisos por la mañana.
En ambos casos la salud se ve comprometida solo si no se cumplen las horas de sueño, las cuales dependen de cosas como la edad y la actividad de la persona. Ayala hizo énfasis en que si este trastorno se vuelve crónico puede provocar incluso la muerte.
Para ilustrarlo, cita una investigación en la que se hicieron pruebas con ratones: "los que comían pero no dormían se murieron". De hecho, el especialista menciona que existe un tipo de insomnio familiar fatal, que tal cual, "mata a las familias".
Debido a las implicaciones de la falta de sueño, este año, Adrián Pérez, tomó la decisión de ir al psiquiatra, pero su caso no era un problema de alguna sustancia del cerebro sino más bien psicológico. "Me dijeron que sí tengo insomnio y no me medicaron porque mis hábitos de fumar y tomar no lo permitieron".
A raíz de su visita con el psiquiatra y psicólogo ha mejorado, pero sabe que es un problema que está ahí: "te acostumbras a vivir con él".
Para esta problemática, la clínica del sueño recomienda tener hábitos adecuados: acostarse y levantarse a una hora determinada; ocupar la cama sólo para dormir, no para ver televisión o el celular; evitar acostarse con preocupaciones; no ver el reloj durante la noche; limitar la ingesta de líquidos y bebidas estimulantes antes de dormir; tener actividad física durante el día o relajantes antes de dormir.
Como dato curioso, el especialista en sueño de la UNAM cuenta que el insomnio es un problema que viene desde la invención de la bombilla con Thomas Alva Edison.
"Desde ahí las personas ocupaban la luz artificial para realizar actividades después de que obscureciera, alterando el ciclo del sueño", finaliza Ayala.
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